Las verdades de los políticos (I)

Pertenecer a la clase política no es nada fácil, y no lo digo porque sea difícil acceder y trepar hasta lo más alto, lo creo porque no es nada fácil salir ante tus electores y decir hoy una cosa y mañana hacer otra distinta. Hay que tenerlos muy bien puestos para ser capaz de hacer algo así todos los días y no morirse de la vergüenza. Casos como el de Esperanza Aguirre diciendo que al menos el billete sencillo no iba a subir para 24 horas después encontrarnos con lo contrario no son nuevos, y tampoco fáciles, me imagino a la pobre Espe haciendo las declaraciones para tranquilizar a la población con la esperanza de que nadie se diera cuenta al ir a pagar el billete que este había subido de precio.

Cada día salen los políticos españoles diciendo y desdiciendo cosas, e imagino que cada vez que se ven obligados a hacerlo pierden horas de sueño y ganan nuevas canas por el disgusto.

Sólo los mejores en estas lides llegan a lo más alto, todos recordaréis la pequeña desaceleración o los brotes verdes de ZP. De qué manera mas sutil y fina evitó que surgiera el pánico en España, cambiando poco a poco su discurso del aquí no pasa nada al no hay un puto duro. Y qué decir de nuestro nuevo presidente que en enero dijo "Aquí hay un presidente que va a dar la cara" y el 10 de abril salió por la puerta de atrás del senado para no tener que responder a los periodistas. Muchos le critican por ello, pero yo siempre defenderé que hacer algo así no es nada fácil, hay que ser muy hábil para evitar a la prensa, ni los grandes especialistas como pueden ser Ana Obregón o Isabel Pantoja lo consiguen.

Pero las habilidades para ser político no quedan ahí, también tienes que ser defensor de la patria, de no dejarte amedrentar por las ofensas de otros países, y si un guiñol ofende a tus deportistas, debes poco menos que crear un gabinete de crisis para atacar con todo el poder burocrático y defender a tus deportistas de semejante blasfemia, o si el presidente francés dice que España está arruinada, que nos vamos a pique y que no hay nada que hacer para solucionarlo, pues se le da toda la razón, que para algo eso es culpa de "los otros", y si por ello sube la prima de riesgo y los tipos de la deuda, no pasa nada, que hay que llevarse bien con los amiguitos aunque estos te hundan en la miseria. Además, todos hemos disfrutado mucho más con un punto de Nadal que con un punto de la prima del riesgo ese.

De momento os dejaré con estas dos grandes habilidades de nuestros políticos. Otro día os contaré alguna más, que tampoco es cuestión que paséis de odiarles a alabarles al descubrir que en realidad son seres superiores capaces de hacer cosas que nosotros no somos capaces ni de imaginarnos.