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miércoles, 28 de marzo de 2012

Lo que a uno le funciona, no le funciona a todos

Desde que salió la reforma laboral uno de los grandes argumentos que se da a su favor es el de "en otros países de Europa como Alemania o Francia tienen una legislación similar y mira qué bien les va".
En su momento ya escribí una entrada mostrando la gran diferencia entre el tejido industrial español y el alemán, así que apoyándome en eso voy a escribir una bonita historia de cómo Antonio decidió copiar la manera de trabajar de las grandes superficies.

Antonio tenía una pequeña tienda de comestibles, la cual abría  de 9 a 14 y de 17 a 20. Principalmente vendía pan y productos de primera necesidad. Él hacía sus 8 horas y ganaba lo suficiente como para mantener el negocio. Un día, se fijó en lo bien que le iba a los supermercados más grandes, los cuales habrían de 8 a 21 horas y siempre tenía gente. Por lo que decidió hacer lo mismo, si a ellos les va bien ¿por qué no me va a ir bien a mí? así que decidió poner ese horario de lunes a sábado. Como ahora abría 13 horas tuvo que contratar a otra persona por 5 horas para que le quitara carga de trabajo. Tras varios meses se encontró con que prácticamente vendía lo mismo a pesar de estar abierto durante más horas, lo que pasaba es que sus clientes aprovechaban más la variedad de horarios, pero no iban a comprar más de lo que hacían antes. Lo poco que ganaba de más no le daba para cubrir el costo del nuevo empleado y empezó a tener pérdidas. Ante esta situación, volvió a fijarse en las grandes superficies, y observó que solían hacer ofertas y promociones, por lo que hizo lo mismo, con la esperanza de atraer a los clientes y que estos compraran los productos ofertados y ya de paso, productos a un precio normal. Tampoco funcionó, sí que vendía productos en promoción, de los que no sacaba beneficio, pero se dio cuenta que la gente en vez de ir a comprar productos de oferta, iba a comprar productos que necesitaban y de paso compraba productos de oferta. Al fin se dio cuenta que el modelo de negocio de un gran supermercado no le valía, después de unos meses de experimentos se encontró con que había perdido dinero al contratar a otro dependiente, y lo que es peor, ya no podía volver a su horario original, porque sus clientes se habían acostumbrado al nuevo, por lo que ahora tenía que trabajar mucho más.

Moraleja, no copies cómo funcionan los grandes, mejor fíjate en cómo llegaron a ser grandes, porque lo que a unos les funciona no significa que lo tenga que hacer con todos.

1 comentario:

  1. A mi se me ocurren dos motivos más que no mencionas.

    El primero es la disparidad de sueldos entre España y el resto de Europa; y dentro de España entre los trabajadores de la misma empresa. Los sueldos de los de arriba triplican (como poco) a los de abajo; en Noruega (coincide que conozco un poco aquello) la diferencia entre el jefe de una gran empresa y el último desarrollador es del 200%. El máximo jefe cobra el doble que el último en llegar.

    La otra diferencia gorda, que está relacionada en parte con la anterior, es la casta empresarial. Sí, hay de todo, pero aquí abunda mucho más que en Europa el crápula que busca el dinero fácil y rápido a expensas de lo que sea y de quien sea.

    Creo que esto también influye en que medidas que a otros les valen a nosotros no.

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